Los Gatos Guerreros Wiki
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Si quieres que te recuerden por tus virtudes, debes trabajar en ellas. Y si eso significa demostrar lo que vales ante los que dudan de ti, entonces hazlo. No puedes obligar a Carrasquera a que crea en ti. Debes demostrarle que merece la pena creer en ti.

Zarzoso a Leonino en Río oscuro, página 87

El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo 5 de Río oscuro. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.

Resumen del capítulo[]

Punto de vista de Leonino[]

Leonino se pone tenso cuando ve los ojos relucientes de Carrasquera obsevándolo, pero cuando se acerca a su lecho ésta los tiene cerrados. Ella estaba esperando a él que regresara a la guarida de los aprendices. Leonino le sisea al oido que sólo fue al aliviadero. Flexiona las garras y se pregunta por qué se tiene que explicarse en frente de su hermana. Carrasquera se da la vuelta en su lecho. Leonino se acuesta en el suyo y le da la espalda a Carrasquera. Fuera, la luna está en lo alto. Leonino desea poder escabullirse del campamento para poder reunirse con Zarpa Brecina. Ella nunca lo ve como un traidor, y sabe que sólo están jugando, no intercambiando secretos de sus clanes. Leonino cierra los ojos, con un fuerte nudo en el estómago por la ira, cae dormido y empieza a soñar. Carrasquera lo observa parpadeando, sus ojos, que brillan dentro de una madriguera, están llenos de calidez y emoción, como cuando eran cachorros. Leonino se acerca lentamente a la entrada, preguntándose qué hace ella ahí. Ella maúlla burlona que lo va a atrapar. Leonino se agazapa, acercándose más. Los bigotes de Carrasquera tiemblan maliciosamente, sus ojos ámbar brillan en la oscuridad.
La sangre de Leonino se congela. Los ojos de Carrasquera son verdes, no ámbar. Da un paso hacia atrás. Los ojos pierden su toque juguetón, convirtiéndose en una mirada cruel. Esa no es Carrasquera, se da cuenta Leonino cuando un gruñido sale de la madriguera. Es un zorro. Leonino trata de huir pero sus patas parecen de piedra. El zorro gruñe y se lanza hacia él, enseñándole unos colmillos llenos de sangre. Despierta sobresaltado. Carrasquera le pregunta si se encuentra bien. Leonino le dice que sólo tuvo una pesadilla. Ella se inclina hacia él, preguntádole de qué se trataba. Leonino le responde que de un zorro. Carboncilla le dice que ahí no hay zorro, dándole un guiño para animarlo. Leonino se irrita, preguntándose si no hay ningún lugar en donde no se entrometan las dos gatas. Pasa de largo de ellas, tratando de ir por algo de comida. Zarzoso está observando el campamento desde la Cornisa Alta, Leonino supone que es debido a que Estrella de Fuego se encuentra fuera en una patrulla. Glayino se está lavando junto a una roca quebrada. Se detiene cuando Leonino pasa, preguntándole si se encuentra bien. Leonino gruñe que sólo tuvo una pesadilla.
Leonino camina hacia la pila de carne fresca, toma un ratón, y se dirige hacia Glayino, con el que comparte en silencio. Cenizo llama a Leonino cuando sale de la guarida de los guerreros, y le dice que van a entrenar con Fronde Dorado y Carrasquera. Leonino se pregunta si nunca podrá separarse de ella. La entrada de espinos tiembla y entra una patrulla de caza compuesta por Estrella de Fuego, Tormenta de Arena, Zancudo, Ratolino y Candeal. Todos llevan una presa. Zarzoso les pregunta si todo bien. Estrella de Fuego deja su presa en la pila de carne fresca, diciendo que el bosque está tranquilo y que hay presas de sobra. Bayino se encuentra en la pila de carne fresca, oliendo el tordo de Candeal, el cual toma y se lleva a la maternidad. Carrasquera saluda a Glayino cuando cruza el claro junto con Carboncilla. Le pregunta si todavía queda comida. Fronde Dorado, quien caminaba de un lado a otro en la entrada del campamento, le dice que ya comerá más tarde, que primero entrenarán. Leonino engulle el resto de su ratón, satisfecho de que Carrasquera se quedará con hambre. Se pone de pie y se encamia hacia Fronde Dorado. Cenizo se les une. Carrasquera se queja de que tiene hambre. Fronde Dorado le promete que cazarán cuando terminen el entrenamiento.
Sale corriendo por el túnel, Leonino le sigue junto con Cenizo, dejando a Carrasquera detrás. Se dirigen hacia la hondonada de entrenamiento en silencio. Cenizo se sienta en medio del claro, su cola agitándose sobre el suelo musgoso. Dice que el día de hoy, van a reflexionar sobre el estilo de pelea de los otros clanes; sus fortalezas y debilidades, y la mejor manera de tomar ventaja de ellos. Fronde Dorado les pregunta cuales son las fortalezas de los otro clanes. Carrasquera responde que el Clan del Río puede nadar, lo que significa que pueden aproximarse por el agua. Leonino aporta que el Clan del Viento es bueno camuflajeándose, ya que son pequeños, y eso los hace difícil de encontrar. Carrasquera agrega que si el viento está en su contra, su aroma a conejo los delata. Leonino se sulfura, pensando que Zarpa Brecina no huele a conejo. Cenizo pregunta por el Clan de la Sombra. Carrasquera gruñe que son malvados, por lo que no saben que trucos usarán en una batalla, y eso los hace impredecibles. Fronde Dorado pregunta por las debilidades. Carrasquera dice que el Clan de la Sombra se creen más valientes de lo que son; agrega que el Clan del Río es más lento porque son los que mejor alimentados están. Leonino piensa en qué decir, ya que Carrasquera respondía todo a la primera. Cenizo lo mira y le pregunta por el Clan del Viento.
La boca de Leonino se seca. Los ojos de Cenizo parecen atravesarle, haciendo que Leonino se preocupe de que Carrasquera haya contado sus encuentros con Zarpa Brecina. Con las patas picándole, Leonino comienza a entrar en pánico cuando nota que los tres gatos lo están observando, esperando a su respuesta. Carrasquera pone los ojos en blanco, diciendo que Leonino piensa que el Clan del Viento no tiene debilidades. Sus acusaciones hacen que las orejas de Leonino ardan de vergüenza. Bufa que no es cierto. Zarzoso pregunta qué no es cierto, mientras baja por la pendiente junto con Bayino. Leonino levanta la barbilla, contándole las acusaciones de Carrasquera. Zarzoso le pregunta por qué ella haría eso. Carrasquera dice que sólo estaba bromeando, que Leonino está quisquilloso porque tuvo una pesadilla. Leonino agita la cola, preguntándose si Carrasquera está determinada a hacerlo parecer como un idiota. Mirando a su hermana, Leonino gruñe que el Clan del Viento es rápido, pero no son tan fuertes como ellos porque no tienen árboles que escalar en el páramo, Fronde Dorado asiente. Luego practican movimientos de batalla que funcionan en gatos del Clan del Río. Fronde Dorado se mete debajo de la barriga de Cenizo, mordiéndole la pata trasera. Cenizo se revuelve, listo para contraatacar, pero Fronde Dorado ya está fuera de alcance. Cenizo salta hacia él, pero Fronde Dorado rueda fuera del camino, saltado sobre sus patas y lanzándose hacia la espalda de Cenizo, haciendo que el guerrero gris pierda el equilibrio y que ruede a un lado. Los dos guerreros se ponen de pie, sacudiendose la tierra del pelaje y miran a sus aprendices.
Cenizo les dice que ahora es turno de ellos. Fronde Dorado toca el costado de Leonino con la cola, diciéndole que él será el gato del Clan del Río, ya que es más grande y fuerte que Carrasquera, y le dice a Carrasquera que trate de hacerle perder el equilibrio. Carrasquera asiente, diciéndole a Leonino que no se lo deje fácil, sus ojos brillando con determinación. Leonino bufa que no lo hará. Siente como Carrasquera se desliza debajo de él, sus dientes apenas rozando su pata trasera. Él deja caer todo su peso sobre ella antes de que pueda escapar, luego la agarra con las zarpas y la derriba a un lado. Carrasquera chilla que no es así como debían de hacerlo. Leonino le suelta que debió ser más rápida, luego comienza a arañarle el lomo con las patas traseras mientras le sujeta los omóplatos con las delanteras. Ella chilla que le está haciendo daño mientras trata de liberarse. Zarzoso le ordena a Leonino que se detenga, haciendo que se congele. Carrasquera se suelta de su agarre y se pone de pie. Zarzoso mira a Leonino, sus ojos llameando, diciéndole que están entrenando, y no quieren que nadie salga herido. Leonino se levanta, maullando que lo lamenta, que se dejó llevar. Carrasquera se lava los arañasos que le dejó. Leonino siente como la ira se esfuma y es reemplazado por culpabilidad. Agacha la cabeza y se disculpa.
La rabia que había sentido en toda la mañana se había desvanecido. Mira nerviosamente a su padre, esperando a ver ira en sus ojos, pero lo único que ve es preocupación. Zarzoso les pide a Fronde Dorado y a Cenizo que entrenen a Carrasquera y a Bayino, mientras que él lleva a cazar a Leonino. Leonino siente vergüenza mientras sigue a su padre fuera de la hondonada. Se prepara para el sermoneo, pero Zarzoso camina silenciosamente por el bosque. Leonino balbucia que se dejó llevar por su temperamento, pero que Carrasquera lo ha estado molestando toda la mañana. Zarzoso permanece en silencio. Leonino continúa diciendo que eso no es excusa, y que no volverá a suceder. Zarzoso maúlla que lo sabe, deteniéndose para mirar a Leonino. Zarzoso suspira que eso es raro en él, que siempre confió en él para que cuidara de sus hermanos. Leonino agacha la cabeza, sabiendo que lo decepcionó. Zarzoso le pregunta si hay algo que le molesta. Leonino sabe que no le puede contar a su padre sobre sus encuentros con Zarpa Brecina y el cómo Carrasquera lo ha detenido de encontrarse con ella. Leonino trata de explicarle pero comienza a divagar, luego continúa diciendo que no cree que Carrasquera piense que él es un guerrero leal. Zarzoso asiente, él sabe cómo se siente, y comienza a adentrarse al bosque de nuevo. Confundido, Leonino lo sigue.
Ser el hijo de Estrella de Tigre hizo que Zarzoso tuviera que ganarse la confianza de sus compañeros una y otra vez, así que sabe lo frustrante que es tener que demostrar algo que no debe de ser necesario. Zarzoso dice que el problema es que todos recuerdan las cosas malas que hizo Estrella de Tigre, olvidando que era un guerrero audaz y brillante. Leonino se sorprende que Zarzoso esté defendiendo a Estrella de Tigre. Zarzoso maúlla que no ha olvidado la traición que le hizo al Clan del Trueno, pero que todos tienen virtudes y defectos, y que debe ser triste que te recuerden por tus defectos. Zarzoso espera ser recordado por sus virtudes. Leonino le maúlla que así será, ya que cada gato del clan lo respeta. El pelaje le hormiguea de sólo pensar que su padre sea nada más que un recuerdo. Zarzoso maúlla que ojalá fuera cierto. Leonino se pregunta a qué se refiere. Zarzoso susurra que tal vez haya alguien del clan que le desee el mal. A Leonino le da un vuelco en el corazón, y le pregunta quién. Zarzoso sacude la cabeza, diciendo que no es nada importante, y que olvide lo que dijo. Leonino sigue preguntándole, pero Zarzoso lo interrumpe, diciendo que si quiere ser recordado por sus virtudes, tiene que trabajar en ello. Y si tiene que probarse ante aquellos que dudan de él, que lo haga. Zarzoso continúa diciendo que no puede forzar a Carrasquera a que crea en él, sino que tiene que demostrarle que vale la pena creer en él. Leonino siente que el alma se le cae a los pies, preguntándose por qué tiene que mostrarle su valía a Carrasquera, si no ha hecho nada malo.
Una piedra cae dentro del campamento junto a la guarida de los aprendices. Leonino parpadea y levanta la cabeza, preguntándose si sería un conejo buscando comida en la cima de la hondonada. Luego escucha otra piedra caer y se da cuenta de que no puede ser un conejo, ya que se hubiera espantado con el primer ruido. Lleno de curiosidad, Leonino se levanta, mirando hacia Carrasquera, quien estaba completamente agotada después de haber cazado al otro extremo del bosque junto a Fronde Dorado. Leonino pasa a un lado de ella y sale de la guarida. Leonino sigue escuchando el repiquetear de las piedras, y mira con cautela sus alrededores. Un par de ojos lo observan desde la cima de la hondonada. Alguien estaba espiando el campamento. Se pregunta si debería contárselo a alguien. Leonino mira a su alrededor, pero nota que nadie se mueve. No quería despertarlos si al final no había peligro. No quería parecer un tonto si al final resultaba que era un cervatillo curioso. Investigaría primero y luego daría la alarma si resulta ser algo peligroso.
Candeal está de guardia esa noche. Si hay problemas, podría llamarla. Leonino se escabulle por el muro junto a la guarida de la curandera. Cuando llega hasta la cima una cálida voz lo llama. Se paraliza cuando nota que es Zarpa Brecina. Leonino le pregunta si fue ella quien estuvo lanzando las piedras, preocupado de que alguien pudo haberla sorprendio ahí. Le pregunta si todo está bien. Zarpa Brecina le dice que necesitaba verlo. Leonino siente una calidez en el pecho. Era más valiente de lo que creía, pero tenía que sacarla de ahí. Le pide que lo siga, pero ella no lo hace. En cambio, ella le dice que tiene algo que enseñarle, y se aleja por los helechos. Leonino se apresura a seguirla, preguntádonle a dónde van. Zarpa Brecina le dice que tendrá que esperar a verlo. Parece que Zarpa Brecina se aproxima a la antigua guarida de un zorro. Leonino le advierte de que tenga cuidado. Ella le dice que todo está bien, que no hay ningún zorro. Se detiene en frente de un zarzal y le pide que espere.
Leonino mira a su alrededor nervioso, hasta que Zarpa Brecina lo llama. La encuentra en la entrada de un pequeño túnel. Leonino le pregunta qué está haciendo ahí. Zarpa Brecina le dice que entre, mientras ella se adentra hacia la oscuridad. Leonino la sigue, deteniéndose en la entrada del túnel y la llama. Zarpa Brecina le dice que se apresure. Leonino se adentra al túnel oscuro. El lugar era apenas lo suficientemente grande como para un conejo. De repente, siente más espacio y el viento recorrer el túnel. Aliviado, se endereza, y continúa caminando hasta que siente el aliento de Zarpa Brecina en su mejilla. Zarpa Brecina le dice que conduce hacia una cueva, y que hay todavía más túneles, de los cuales uno lleva al Clan del Viento. Leonino le pregunta cómo los encontró. Ella responde que Corvino Plumoso la mandó a cazar ratones entre unas rocas en la cima del páramo, siguió a uno de ellos hasta una grieta y se dio cuenta que se convertía en un túnel, así que se adentró a investigar y encontró varios túneles que llevaban a diferentes direcciones.
Leonino le pregunta si no teme a perderse. Zarpa Brecina le dice que al principio exploró con lentitud, asegurándose de aprenderse el camino antes de adentrarse a otro túnel, luego encontró el túnel que llevaba a la cueva. Leonino a penas creía lo que escuchaba. Jadea emocionado que el Clan del Trueno puede utilizarlo para escapar de algún incendio. Zarpa Brecina le dice que no, ya que ese puede ser el lugar únicamente de ambos. Leonino repite lo que dijo Zarpa Brecina, y ella le dice que pueden reunirse ahí sin que nadie se entere. Los bigotes de Leonado tiemblan, alabando a Zarpa Brecina por su idea. Ella ronronea, restregando su hocico en la mejilla de Leonino antes de darse la vuelta, diciéndole que la siga hacia la cueva. Los sonidos de sus pisadas desaparecen y Leonino lucha contra su instinto de regresar al bosque. En su lugar, sigue a Zarpa Brecina. Mientras la oscuridad lo rodea, Leonino ahora se da cuenta de cómo se siente Glayino. Busca por un aroma, pero solo detecta el aroma de tierra mojada, como si ninguna criatura hubiera pisado ese lugar por lunas.
Se pregunta por qué nadie más usa los túneles. Zarpa Brecina le responde que tal vez es porque nadie más ha tenido la suerte de encontrarlos. Continúan hablando sobre esto por otro rato, antes de que el túnel más adelante brille. Leonino se detiene en seco y se queda atónito ante la vista. Las paredes rocosas son iluminadas por la luz de la luna que se infiltraba por un agujero en el techo. Un pequeño río pasa a un lado y desaparece por un túnel entre las sombras. Saltando hacia una cornisa rocosa, Zarpa Brecina le pregunta si no es brillante. Puede ser su propio campamento llamado el Clan Oscuro. Ella decide ser la líder y él su lugarteniente. Leonino objeta, preguntando que qué tal si él quiere ser el líder. Zarpa Brecina le dice que ella encontró el lugar, así que ella es la líder, salta de la cornisa y cae sobre él. Ronroneando, Leonado le pregunta a Estrella Brecina cuál es el plan.
Zarpa Brecina despierta a Leonino. Él sacude la cabeza, sorrpendido de encontrarse rodeado de paredes rocosas, luego recuerda que él y Zarpa Brecina se quedaron en los túneles. Ella le señala el techo, en donde se ve el pálido cielo rodeado con las primeras nubes del alba. Se habían dormido. Leonino se levanta de un salto, mirando ansiosamente los túneles, y le pregunta a Zarpa Brecina cuál lleva al Clan del Trueno. Ella le señala un túnel estrecho al lado del río. Luego le señala con la cola la pared opuesta donde hay un túnel más angosto, comentando que es donde ella irá. Ella le pregunta si se volverán a reunir esa noche. Leonino acepta, si es que puede escabullirse. Zarpa Brecina se despide mientras él se adentra a su túnel. Sabe que sus compañeros de guarida ya se dieron cuenta de su ausencia. Se pregunta qué explicación le dará a Carrasquera. Tiene que pensar en un motivo por el cual estaba fuera del campamento, o sino no será capaz de reunirse con Zarpa Brecina esa noche. El túnel se hace más estrecho y algo toca su pelaje. Leonino piensa que es el muro cerrándose. Entrando en pánico, se pregunta si Zarpa Brecina le señaló el túnel correcto. Algo más toca su pelaje, algo que no se siente como tierra. Se siente suave, como el pelaje de varios gatos presionados contra él. Leonino se alarma. Comienza a correr, atravesando la oscuridad, el miedo invadiéndolo. Más adelante hay luz. Desesperación y alivio invaden a Leonino. La luz le da en los ojos, haciendo que cierre los ojos por un momento. No hay señales de patrulla aún. Pasando por las zarzas se apresura a regresar a casa. Un pensamiento le llega ala mente haciendo que se detenga abruptamente; no puede regresar con las patas vacias.
Un gorrión revoloteó más adelante. Leonino se pone en posición de caza. Quieto como una roca, espera a que el gorrión se acerque lentamente. Mata al pájaro con un ataque rápido. Toma el cuerpo inerte entre sus dientes y se dirige al campamento. Todavía en guardia, Candeal lo saluda, diciéndole que no lo vio salir. Leonino maulla que salió por el aliviadero. Candeal comenta que alguien tendrá un cálido desayuno. Leonino asiente, y se adentra al campamento. Carrasquera se encuentra con Glayino al lado de una roca partida. Ella lo mira entrar. Leonino la saluda con la cola y deja su presa en la pila de carne fresca. Glayino maulla que se levantó temprano cuando Leonino se les une. Pensando rápido, Leonino responde que los pájaros hacían mucho ruido. Carrasquera lo contempla, diciendo que después de su seción de caza con Fronde Dorado podría dormir con cualquier ruido. Leonino siente un nudo en el estómago. Odia mentir. No está haciendo ningún daño al jugar con Zarpa Brecina, pero sabe que sus compañeros no lo verán de la misma manera. Leonino se dice a si mismo que es leal al clan y que no tiene que demostrarlo. Pero aún así, la amargura de la mentira le invade la boca.

Personajes[]

Principales[]

Secundarios[]

Mencionados[]

Lugares[]

Referencias[]

  1. 1,0 1,1 1,2 Revelado en Río oscuro, página 80
  2. 2,0 2,1 2,2 Revelado en Río oscuro, página 81
  3. Revelado en Río oscuro, página 89
  4. 4,0 4,1 4,2 4,3 4,4 4,5 4,6 Revelado en Río oscuro, página 82
  5. Revelado en Río oscuro, página 21
  6. Revelado en Río oscuro, página 87
  7. 7,0 7,1 Revelado en Río oscuro, página 90
  8. Revelado en Río oscuro, página 83
  9. Revelado en Río oscuro, página 86
Capítulos de Río oscuro
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